Blog #10: Fuego Cruzado: #DEFENSA
- Joymar Santana González
- Apr 2, 2020
- 3 min read
Updated: Apr 17, 2020
¡Hola, chulerías! Bienvenidos sean todxs a mi blog “Thoughts of Joy”. ¿Cómo defenderme ante un ataque?
Nota aclaratoria:
Este blog es la segunda parte de una colaboración con Apasionados Por Sus Llagas y Semilla de Gracia. Mi recomendación es que si no has leído la primera parte: “Fuego Cruzado: #ATAQUE” vayas a leerlo. (https://enavarro3518.wixsite.com/apasionadosporsuslla/post/capítulo-v-fuego-cruzado-ataque)
No sé si los libros, películas, series o historias de acción son tus favoritos, pero la vida real, para mí, está en esa categoría. Día tras día recibimos ataques de distintas maneras. Estamos naturalmente expuestos a enfrentar ataques emocionales, espirituales, físicos, financieros, y todo esto nos hace sentir en una película de acción.
Para un militar que se encuentra activo en combate la defensa es su mecanismo de supervivencia. Como Elimelec Navarro contaba en su escrito, la vida de un comandante militar terminó por falta de defensa. Y este es sólo un ejemplo de la intensidad de las consecuencias que podemos enfrentar si vivimos indefensos.
Tú, como individuo sabes cuál o cuáles son los ataques que frecuentas más. Y te invito a que en el momento en el que leas esto, si no lo/los has identificado, lo hagas. Identifícalo/os.
Ahora, imagina que te encuentras sólo con tu oponente en medio de un campo de combate. Debes cruzar la línea de victoria y desde dónde estás ni siquiera puedes verla. Estás expuesto, y sólo tienes un arma, un chaleco y un casco. El arma está en tus manos y mientras duren las municiones, tienes en tus manos tu mecanismo de defensa. Lo controlas tú. Tu vida depende de lo que hagas tú. Lo estás haciendo bien, pero las municiones casi se acaban. El oponente sigue firme y con mucho más cargamento que tú. El calor te agota y no hay agua. El viento te mueve con fuerza, y no tienes dónde cubrirte. Sientes miedo, y justo ahí, cuando crees que nada peor puede ocurrir, las municiones se agotan. Ya no está en tus manos defenderte. Sólo te queda el chaleco, el casco y la necesidad de vencer al oponente. “¡Es imposible!” crees tú. Pero ante el árido panorama te abraza el chaleco y te cubre el casco. Tus piernas están heridas, tus brazos están lastimados, estás agotado, pero sigues adelante. Tu fuerza no parece provenir de ti. Sigues adelante, cruzas la línea de victoria y desgastado en el suelo tu alrededor se detiene. ¡Venciste! Es tiempo de renovarte y celebrar.
Ahora, visualiza esta historia como tu situación actual. Estás siendo atacado, y sientes que te encuentras sólo, pero sabes que debes ser persistente y alcanzar lo que tanto anhelas. Quizá todo está en tu contra y ni siquiera puedes visualizar claramente lo que deseas lograr. Te frustraste y sentiste que la debilidad e impotencia te arroparon. Naturalmente quisiste batallar sólo, con tus fuerzas, con tus capacidades y lo hiciste. Pero a estas alturas sabes que ya no puedes; ya tus fuerzas no son suficientes y tus capacidades ya no aportan. Sólo tienes a Dios, que te abraza como el chaleco y la oración que te cubre como el casco. Estás herido, tu corazón ya no aguanta la presión que cargas. Quizás crees que es imposible. O tal vez sientas que no lo lograrás. Las fuerzas provienen de arriba. Tu oración y Dios son suficientes para sostenerte hasta alcanzar la victoria. Estás por lograrlo. El plan está más cerca de lo que imaginas. ¡Vencerás! Y cuando lo logres, estarás desgastado y con las marcas de la batalla; y ahí, sabrás que estás listo para renovarte.
Tu defensa es útil, y te llevará hasta cierta parte del camino, pero cuando llegues a ese punto, no tendrás otro remedio que refugiarte en la defensa más funcional de todas. ¡Dios!
“Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.” Salmos 18:2
El hashtag de la semana es:
J. Santana González
2 de abril del 2020
Súper orgulloso 😭☝🏻😍